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Michael Rockefeller pertenecía a una de las familias más poderosas y conocidas de Estados Unidos y del mundo. Sus integrantes eran empresarios o políticos millonarios. Fue hijo de Nelson Aldrich Rockefeller, vicepresidente de los Estados Unidos de 1974 a 1977, y todo parecía presagiar un futuro prometedor para él.
El joven fue un destacado estudiante de antropología, sensible y curioso por el mundo. Con poco menos de 23 años, decidió partir hacia Nueva Guinea, la segunda isla más grande del mundo, ubicada al norte de Australia, y adentrarse en la tribu de los asmat.
Esta resolución cambió su vida para siempre. Incluso ahora no se tiene certeza de lo que pasó con el nieto de John D. Rockefeller, quien fue el hombre más rico del mundo y creador de un imperio empresarial del petróleo.
Una foto del primer viaje de Michael a Nueva Guinea. Foto: Museo Peabody de Etnografía y Antropología
¿Quién fue Michael Rockefeller?
Michael nació el 18 de mayo de 1938, en el seno de una de las familias más importantes de Estados Unidos. A diferencia de sus congéneres, a él no le importaban los negocios ni la política, pues desde pequeño mostró aptitudes para los estudios, atracción por la naturaleza y gran pasión por la aventura.
Estudió antropología en la Universidad de Harvard y se graduó con los más altos honores. Su padre, Nelson, era un gran coleccionista de arte primitivo, pasión que compartía con su hijo.
Michael mantenía contacto con Adrian Gerbrands, subdirector del Museo Holandés de Etnología, y junto a él empezó un trabajo de campo en Asma, una región de Nueva Guinea, habitada por tribus enfrentadas y que practicaban el canibalismo ritual.
El joven se sintió muy atraído por la cultura, arte y tradiciones de la etnia. Foto: Museo Peabody de Etnografía y Antropología
Michael Rockefeller y la tribu asmat
“Este es un país salvaje y, de alguna manera, más remoto de lo que he visto antes”, escribiría Michael, luego de su primer viaje por la isla que lo dejó maravillado.
En las notas de campo quedó registrado el interés que nació en el hombre y la pasión que le producía el arte y costumbres de aquellas tribus desconocidas. Por ello, no tardaría en planear una segunda expedición. Quería investigar sobre la etnia, publicar libros y montar exposiciones de arte asmat.
El mes de septiembre de 1961 Michael partió hacia Nueva Guinea, su último viaje.
¿Cómo se perdió Michael?
René Wassing, antropólogo del Gobierno holandés asignado por el Departamento de Asuntos Indígenas de la Nueva Guinea Holandesa, acompañó a Rockefeller, quien cargó con hachas de acero, anzuelos, seda de pesca, telas y tabaco para cambiarlos por tambores, lanzas, remos, cuerdos de bambú, entre otras cosas, a los nativos.
El viaje estaba siendo un éxito cuando el 18 de noviembre de 1961 las olas hundieron la embarcación. En ese momento, Michael decidió ir a buscar ayuda a tierra, en una de las regiones más desconocidas y salvajes de la isla.
El diario ABC informó sobre el tema: “Wassing, etnólogo de la Universidad de Leiden, dijo a los que le recogieron que Rockefeller abandonó por la mañana el prao (embarcación característica de Malasia) en el que habían estado a la deriva en el mar tras haber improvisado una balsa con bidones vacíos. Añadió que él trataba de llegar a una aldea indígena situada en la desembocadura del río”.
Nadie más lo vio, ni supo nada de él. La búsqueda fue frenética, y aunque nunca se perdieron las esperanzas de encontrarlo, nunca apareció.
Wim van de Waal, quien le vendió un barco a Michael, decidió empezar una investigación por su cuenta y resolver qué pasó con el joven. El hombre se pasó tres meses conversando con miembros de tribus y, tras una difícil travesía, regresó con gran cantidad de restos óseos. De acuerdo al hombre, Michael había sido asesinado por la tribu y lo habían devorado tras su captura. Sin embargo, la macabra hipótesis nunca pudo ser comprobada ni desmentida del todo.
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