Ayer, a las 6:10 de la tarde, luego de visitar Ayacucho, la región con más muertos, hasta hoy, en las protestas que exigen el adelanto de elecciones y una Asamblea Constituyente, el ministro de Justicia, José Tello, conversó con La República para responder preguntas sobre la propuesta de adelantar los comicios para el 2023 o 2024.
— ¿Por qué han planteado dos alternativas: el adelanto de elecciones para abril del 2024 y para diciembre del 2023?
— Cuando Dina Boluarte asumió la presidencia fue hasta el 2026 porque lo normal en un estado de derecho, si tienes un sistema presidencialista, que es diferente al parlamentarista, es que vamos a tener la elección de su presidente y sus vicepresidentes. Genera una dinámica distinta. En los regímenes parlamentaristas, el Congreso elige al jefe del gobierno. En el caso peruano, se eligió a la presidenta Boluarte para que ejerza el cargo en caso Pedro Castillo esté incapacitado para hacerlo en caso de una renuncia o una vacancia. Ella, luego de escuchar las protestas de la calle, es consciente y pide al Ministerio de Justicia y también al Consejo de Ministros que se prepare una propuesta de adelanto de elecciones y que se prevea una reforma política para evitar reglas que no nos garanticen que tengamos la representación que queramos tener. Por eso es que el proyecto que se presenta es hasta el 2024. En ese momento la presidenta ya da la expresión de que somos un gobierno de transición. Y ahí viene otro tema más: la calle, todos clamaban porque este proceso fuera más acelerado y la presidenta finalmente es consciente de que esto se podría dar el 2023.
— ¿Eso se los consultó –plantear que las elecciones sean en diciembre del 2023– antes de que lo diga?
— Lo que pasa es que la presidenta era consciente de que tenía que atender lo que dice la población. Aquí nadie se aferra al poder. Si se trata de dejar el poder el 2023 para que el país esté calmado y dé una transición democrática, hay que hacerlo. Como también puede ser el 2024 ya con la reforma política que sería importante tenerla.
— El presidente del JNE dijo el jueves en el Pleno que mientras más corto sea el plazo el proceso electoral será de menor calidad. ¿Por qué? Desde el punto de vista del Minjus, ¿qué postura tienen?
— Porque no tienes la retroalimentación de los procesos electorales del 2021 y el 2022. O sea, no puedes dejar las normas electorales. ¿Cómo vas a mejorar las normas electorales si ahorita pediríamos elecciones sobre la marcha?
— ¿Es necesario aprobar nuevas reformas o aplicar correctamente las reformas que ya se han aprobado desde el 2019?
— A ver, las reformas que se aprobaron en 2019 igual pasarían por reformas constitucionales.
— Ya, pero, por ejemplo, las elecciones primarias ya fueron aprobadas (pero aún no se aplican de manera obligatoria).
— Lo que pasa es que de las 12 reformas que plantea la Comisión de Alto Nivel, que presidió Fernando Tuesta, seis pasaron, tuvieron un largo trámite y tenemos seis que están pendientes. Una de esas reformas es establecer que los plazos entre el mandato de las autoridades subnacionales y nacionales sea de cinco años. Es reforma constitucional.
— En todo caso, ¿no es posible hacer reformas así el Congreso apruebe el dictamen que plantea adelantar las elecciones en diciembre del 2023?
— Muy difícil. Tendría que hacerse la normatividad para hacerse rápido. Lo que pasa es que hay que entender una cosa, la población lo que quiere es cambio de autoridades. Entonces, si se trata de cambiar autoridades hay que ir a un proceso electoral sobre la marcha. Hablar de reformas en ese interín no viene al caso. Ya le corresponde al nuevo Congreso que se va a instalar.
— Porque la preocupación es la oferta electoral también. Si se van todos, son los partidos con inscripción los que participarán y esos son los que integran este Congreso, más Frente Esperanza y Perú Patriótico.
— Sí, también podrían participar otros partidos como Partido Verde, Frepap o Frente Esperanza. Los demás están en un proceso largo, pero hay que entender una cosa, no podemos pedir lo perfecto. No podemos pedir reforma polìtica y además una elección exprés, no va a ocurrir. La ciudadanía tiene que ser muy consciente. Se está pidiendo un adelanto de elecciones lo más pronto posible. Eso necesita una normatividad especial que permita el adelanto de elecciones, pero pensar en una reforma política acelerada, no se va a dar (…). Son elecciones rápidas o tomarse más tiempo y tener una reforma política. La presidenta no está desconectada de la población, está enganchada con el sentir ciudadano, por más que el Ejecutivo presente un proyecto de ley para elecciones en abril del 2024, si se trata de tenerlas en 2023, ningún problema.
— ¿Así sea en julio del 2023 como lo demandan algunas bancadas del Congreso?
— Ellos son los que tienen que ver eso en el Congreso. El Poder Ejecutivo presentó una propuesta técnica, pero políticamente el Ejecutivo apoyaría cualquier propuesta de adelanto de elecciones.
— ¿Pero qué pasa si no se ponen de acuerdo en el Congreso? Usted me dice que la presidenta Dina Boluarte escucha el sentir de la población. Pero si el Congreso no se pone de acuerdo, ¿por qué no evaluar la renuncia?
— Lo que pasa es que la renuncia no se puede dar por una razón muy concreta: Dina Boluarte ha sido elegida dentro de una fórmula presidencial. La fórmula presidencial tiene dos vicepresidentes. La señora Dina Boluarte quedó. Vladimir Cerrón fue sacado de carrera. Bajo la lógica de pedirle que renuncie, retrocedamos el tiempo y le hubiéramos pedido la renuncia a Martín Vizcarra cuando renunció Pedro Pablo Kuczynski. No tiene ningún sentido. Lo democrático es que no se le pida la renuncia a un vicepresidente. Estamos saliendo de una crisis complicada.