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Rosa María Palacios, en su programa ‘Sin Guion’, comentó la explicación que la jefa de Estado, Dina Boluarte, dio acerca del origen de sus relojes Rolex. Al respecto, la periodista indicó que Boluarte “quiso confundir al país diciendo que todas sus joyitas son de Unique” y que, de todas formas, deberá ser investigada.
En ese marco, indicó que la mera posesión de tales relojes es suficiente para configurar el delito de enriquecimiento ilícito. “En términos de la probanza del delito de enriquecimiento ilícito, lo que tiene la Fiscalía es una confesión. Ha confesado: sí son los relojes, sí son Rolex, sí tienen un valor que llega hasta los 80.000 dólares. Los documentos de posesión de los relojes también han estado en su poder. (…)”, manifestó.
La atención de ‘Sin guion’ se centró en las especificidades de las declaraciones de Boluarte y cómo estas se alinean con las acusaciones de enriquecimiento ilícito. Palacios explicó que, más allá de la aceptación de los préstamos, la manera en la que la presidenta detalló la recepción y el posterior retorno de los relojes sugiere una posible infracción a las normativas que regulan los beneficios y ventajas que los funcionarios públicos pueden recibir. “Esta teoría del préstamo… ya había confesado esta teoría”, señaló Palacios e hizo alusión a la similitud de la defensa de Boluarte con casos anteriores.
Implicaciones políticas y legales
La profundidad del análisis de Palacios no solo abarcó las declaraciones mismas, sino también sus implicaciones más amplias, tanto en el ámbito legal como en el político. La conductora de ‘Sin guion’ cuestionó la idoneidad de la presidenta para continuar en su cargo, dada la gravedad de las confesiones y cómo estas se inscriben en un marco de comportamiento que podría ser considerado ilegítimo. “Dina Boluarte ha confesado el delito de enriquecimiento ilícito”, afirmó categóricamente, además de poner en duda la capacidad de Boluarte para liderar el país en medio de tan serias acusaciones.
El programa también abordó las reacciones de la opinión pública frente a las revelaciones y destacó un posible cambio en la percepción de la integridad de Boluarte como presidenta. Palacios sugirió que estas confesiones podrían tener un impacto significativo en el apoyo popular a Boluarte, que influye tanto la confianza en su administración como en el proceso judicial en su contra. “Nosotros no tenemos la culpa de que haya tenido una pésima asesoría legal”, concluyó Palacios e implicó que, más allá de la asesoría recibida, las acciones y decisiones de Boluarte son las que finalmente la colocan en el centro de la controversia.
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