Christina Calello, de 36 años, quien vive en Florida (Estados Unidos), fue arrestada por el delito de zoofilia, el pasado martes 2 de agosto. La mujer presuntamente cometió actos sexuales con su perro mientras su exnovio, quien también fue arrestado, grababa en video, así lo aseguró la Policía local.
El Departamento del Sheriff afirmó que la mujer “participó voluntariamente en actividades sexuales con el perro en múltiples ocasiones” en el transcurso de aproximadamente ocho años. Su examante Geoffrey Springer, de 39 años, habría grabado los encuentros y los guardó en un disco duro.
El perro, que no tenía heridas visibles, fue llevado a un hospital de animales por agentes para un examen de rutina. La Policía no reveló la naturaleza de los actos sexuales.
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La pareja fue llevada a la cárcel del condado de Pinellas y la acusaron de actividad sexual con animales. De acuerdo a lo publicado por medios locales, que se basaron en los registros de la cárcel del condado, Calello pagó una fianza de $5.000 y fue liberada. Springer también fue puesto en libertad bajo su propia responsabilidad.
La crueldad animal es un delito en Estados Unidos, así como en muchos otros países. El país norteamericano tomó la decisión de considerar las acciones de crueldad animal como todo un delito federal. Ha integrado en su código penal un conjunto de actitudes cuya definición es la del maltrato de animales. Ahora los tribunales también podrán juzgar estas conductas: quien las realice recibirá una pena ejemplar.
El Congreso de los Estados Unidos ha votado positivamente la aprobación de la Ley de Protección contra la Crueldad y la Tortura Animal (PACT por sus siglas en inglés). Esta ley es una ampliación en el contenido de una preexistente, la denominada como Ley de Prohibición de Video de Animal Crush.
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Se trata de la ley que fue aprobada en el Congreso en el año 2010, y tenía la intención principal de vigilar toda clase de grabación y distribución de videos en los que se lleva a cabo la tortura de animales. El problema principal de esa norma era que dejaba un vacío legal, pues, aunque prohibía grabar y distribuir torturas, no ilegalizaba las torturas en sí.
Ahora, con esta nueva ley, no puede escaparse ningún individuo que lleve a cabo comportamientos tan despreciables como los de maltrato de animales indefensos.