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China continúa desarrollando su arsenal militar y promete superar a potencias como Estados Unidos con su superametralladora ‘Tormenta de Metal’. Esta poderosa arma, diseñada por investigadores liderados por Lu Xutao en la Universidad del Norte de China, puede disparar hasta 450.000 balas por minuto. Dicha tecnología podría desempeñar un papel crucial en la defensa contra misiles hipersónicos y consolidaría al gigante asiático en la carrera tecnología armamentística.
Según un artículo publicado en diciembre en el Chinese Journal of Detection & Control, esta arma utiliza cargadores desechables con cañones precargados, una solución innovadora que resuelve los desafíos de recarga rápida y desgaste de los cañones. Este diseño, único en su clase, deja atrás a sistemas avanzados como el Phalanx estadounidense, que alcanza solo 4.500 disparos por minuto.
‘Tormenta de Metal’, el arma más rápida del mundo que prepara China
La ‘Tormenta de Metal’ es una evolución del concepto original desarrollado en la década de 1990 por el australiano Mike O’Dwyer. Aunque el prototipo inicial de Metal Storm alcanzaba velocidades de disparo impresionantes, China ha multiplicado su capacidad diez veces al integrar avances como un gatillo electrónico de alta precisión. Este gatillo, que opera con bobinas electromagnéticas, activa las balas en apenas 17,5 microsegundos, con lo que logra un rendimiento de disparo sin paralelo.
El equipo liderado por Lu Xutao ha diseñado un sistema con cinco o más cañones rotativos, optimizados para operaciones continuas, múltiples impactos y contraataques rápidos. “Este desarrollo garantiza la defensa de las aguas territoriales y el espacio aéreo de China”, afirmó Lu.
Del Phalanx a la ‘Tormenta de Metal’: ¿por qué China domina el futuro del armamento?
Mientras Estados Unidos lideró durante décadas el desarrollo de sistemas de defensa como el Phalanx, su capacidad ha quedado rezagada frente a la ‘Tormenta de Metal’. Este sistema chino no solo supera en velocidad de disparo, sino que incorpora tecnología modular con cargadores desechables, reduciendo costos y aumentando la eficiencia operativa.
Además, China ha movilizado recursos significativos para perfeccionar esta tecnología, desarrollando balas con sensores y chips que mejoran la precisión y confiabilidad. Según expertos, este nivel de innovación podría cambiar el equilibrio militar global, reforzando la defensa aérea y marítima del país asiático frente a amenazas como los misiles Mach 7.
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