La elección a la presidencia del Poder Judicial ha puesto en evidencia un gran cambio generacional en la composición de la Corte Suprema de justicia, que tendrá repercusión en el desarrollo de los procesos judiciales: penales, civiles, administrativos, laborales y constitucionales.
Una metamorfosis que se inició hace dos años y que ha pasado desapercibido en medio de la crisis política que afecta al país. Esto no se había visto desde 1992, cuando el entonces presidente Alberto Fujimori cesó a toda la Corte Suprema, para garantizar el éxito del autogolpe de Estado del 5 de abril.
Tras la caída de la dictadura fujimontesinista, el regreso de la democracia y el inicio del nuevo siglo, también hubo una importante rotación de magistrados, pero de forma más pausada, a lo largo de 10 años. La salida de los jueces leales al fujimorismo se ralentizó por el reingreso de los magistrados cesados injustamente en 1992.
En la actualidad presenciamos un cambio más brusco. Entre junio de 2022 y enero de 2023, la Junta Nacional de la Magistratura nombró a 10 nuevos jueces supremos titulares, de un total de 20, de entre 50 a 60 años de edad.
De los 10 veteranos, nombrados antes del 2018 por el desaparecido Consejo Nacional de la Magistratura, uno ya se jubiló y otros cuatro están próximos a llegar a los 70 años, límite para permanecer en la magistratura.
La Sala Plena de la Corte Suprema se reunirá en Palacio de Justicia para elegir un nuevo presidente del PJ
En abril de 2024 cesó el doctor Héctor Lama More. En un año, en diciembre de 2025, le toca la jubilación al juez supremo César San Martín Castro. El 2026, se retirarán, igual por límite de edad, Mariem La Rosa Bedriñana, Jorge Luis Salas Arenas y Ana María Aranda Rodríguez.
Cambios trascendentales, las consecuencias están por verse
La Junta Nacional de Justicia, si logra sobrevivir a los embates del Congreso, o la anunciada Escuela Nacional de la Magistratura, deberá nombrar cinco nuevos magistrados supremos, previó concurso público de méritos. Lo que supone que al 2027, en un lapso de cinco años, se habrán renovado tres cuartos de la Corte Suprema.
Sala Plena de la Corte Suprema
Este cambio no es poca cosa, pues cada uno de ellos, de manera individual o grupal, tiene una forma distinta de ver los problemas del país y de la judicatura y de las soluciones que se deben proponer o realizar, en lo administrativo y lo jurisdiccional.
Hay otros dos puntos que serán cruciales. Habíamos tenido una Corte Suprema con una mayoría de jueces especializados en el área penal. Eso fue importante y trascendente para enfrentar la corrupción y el crimen organizado que tanto daño hacen al país. Los nuevos magistrados son en su mayoría especialistas en derecho civil, administrativo, laboral o constitucional.
Por eso mismo, sus antecedentes jurídicos son poco conocidos dentro del sistema o el mundo académico. La mayoría ha desarrollado su carrera jurídica en Cortes Superiores del interior del país, en procesos civiles, laborales y administrativos que no suelen ser de interés de los medios.
Jueza suprema, Elvia Barrios, la primera presidenta mujer del Poder Judicial
El más conocido en los medios, de los 10 nuevos jueces supremos, es Ulises Yaya Zumaeta por su paso en la desaparecida Oficina de Control de la Magistratura, en la época de la doctora Elcira Vásquez. Tras ser nombrado juez supremo, fue el penúltimo jefe de la OCMA.
Otro aspecto que va a tener repercusiones jurídicas importantes es la cantidad de mujeres en la máxima instancia judicial del país. Son cinco en total, un cuarto de todos los jueces supremos titulares. Hace 15 años, solo había una jueza suprema titular, la doctora Elcira Vásquez.
Además, durante estos últimos 24 años tuvimos jueces supremos que conocieron por experiencia propia lo perjudicial de permitir la intromisión política en la administración de justicia para ellos mismos, para el sistema y para los ciudadanos.
La hora de los jóvenes magistrados
Manuel Luján Túpez busca la presidencia del Poder Judicial
La transformación de la Corte Suprema ha pasado desapercibida porque al frente de sus principales órganos de gobierno, la presidencia y el Consejo Ejecutivo del Poder Judicial y en las Salas Penales que atraen la mirada de la prensa, se habían mantenido los veteranos.
Javier Arévalo Vela (2011), en la presidencia de la Corte Suprema y el Consejo Ejecutivo; Elvia Barrios (2011) en el Consejo Ejecutivo; Salas Arenas (2011) en el Jurado Nacional de Elecciones (JNE); César San Martín (2004) en la Sala Penal Permanente y Víctor Prado (2007) en la Primera Sala Penal Transitoria.
Eso va a cambiar muy pronto. Los jueces supremos nombrados el 2022 están reclamando su lugar. En otros casos, la misma situación los obliga a asumir cada vez mayores responsabilidades de dirección.
Es el caso de la representación ante el Jurado Nacional de Elecciones, el juez supremo Roberto Burneo Bermejo (2022) se presentó cómo único candidato y ganó por unanimidad. Aparte habría que decir que si el Congreso logra cambiar la forma de elección del presidente del JNE este cargo perderá todo interés en la Corte Suprema.
Juez supremo Ramiro Bustamante integra el Consejo Ejecutivo del PJ
De los demás, Manuel Luján (2022) y Miriam Bustamante (2022) son los representantes del PJ ante la Academia de la Magistratura (AMAG). Luján es el presidente de la AMAG. Ramiro Bustamante (2022) es el tercer representante de la Corte Suprema en el Consejo Ejecutivo.
Las elecciones a la presidencia, los candidatos
Para la presidencia del Poder Judicial y el Consejo Ejecutivo hay tres candidatos: Carlos Arias y Janet Tello del grupo de veteranos y Manuel Luján, de los junior. A esta hora del domingo, 1 de diciembre, Luján aparece como favorito.
Se dice que gracias al padrinazgo o el apoyo de uno de los más veteranos. Pero, en la tradición de la Corte Suprema, llegar a las 8:00 de la mañana del primer jueves de diciembre como favorito no asegura la victoria. Si Luján logra ser elegido, ese solo hecho marcará una tremenda transformación hacia el futuro.
Está demás decir que la elección no se define por los planes de trabajo, ni siquiera por las simpatías o amistades personales, sino por los beneficios personales mutuos. ¿Hasta qué punto el presidente o futuro presidente está dispuesto a compartir su poder? La respuesta tiene mayor peso que el plan de trabajo.
Jueza suprema Janet Tello Gilardi
El jueves, 28 de noviembre, los tres candidatos expusieron sus planes de trabajo, con propuestas creíbles, concretas y realizables, pero con enfoques que muestran este cambio generacional.
Los tres partieron de reconocer o señalar los problemas que enfrenta la magistratura: sobrecarga procesal, demora en los procesos, corrupción y altísima provisionalidad, pero sus enfoques de solución son diferentes.
Tello y Arias presentaron planes de trabajo que parten de su experiencia y del tiempo que llevan en la Corte Suprema: es posible realizar cambios significativos, pero se requiere la voluntad, cooperación y el esfuerzo de magistrados, personal auxiliar, administrativo y de los abogados y de los Colegiados de Abogados.
Luján Túpez se permitió soñar y puso énfasis en el uso de la Inteligencia Artificial como el gran remedio para tener más sentencias céleres, predecibles y sin corrupción: una inteligencia artificial que con algoritmos que recojan la jurisprudencia, los tratados y los acuerdos plenarios de la Corte Suprema para dictar sentencias en el menor tiempo posible.
Juez supremo Carlos Arias Lazarte
¿La sociedad, los abogados y el Poder Judicial están listos para un cambio de la magnitud que propone? En general, ¿están los nuevos jueces supremos titulares listos para asumir la responsabilidad y los retos que propone el Poder Judicial y el país? El panorama político y social no es el mejor: crisis de representación, falta de credibilidad de las instituciones, corrupción y crimen organizado fuera de control. Pronto, lo sabremos.
El primer jueves de diciembre, día cinco
De acuerdo con la Constitución, el Poder Judicial renueva sus autoridades el primer jueves de diciembre de cada dos años. Se elige presidente de la Corte Suprema, que también lo es del Poder Judicial y su Consejo Ejecutivo. Además, se elegirán presidentes en 33 Cortes Superiores de Justicia, en todo el territorio nacional.
La Corte Penal Nacional no elegirá presidente porque todavía no tiene suficientes jueces superiores titulares propios. La mayoría de los jueces superiores del sistema penal especializado, vienen de otras cortes, en préstamo.
Para ganar en la primera vuelta, en la Corte Suprema se necesitan 10 votos. En caso de no alcanzar ese número, ese mismo día habrá una segunda votación con los que hayan obtenido la más alta votación. Gana el que tiene mayoría. No hay reelección en la presidencia del Poder Judicial.