El periodista Ernesto Cabral presentará este jueves, 28 de noviembre, junto con Marco Sifuentes, el nuevo libro de La Encerrona: Rolexgate, la historia detrás de los relojes, las joyas y los waykis de Dina Boluarte. En los últimos días, el comunicador ha revelado hechos controvertidos ocurridos durante el accionar de las autoridades fiscales y policiales en torno al presunto enriquecimiento ilícito de la presidenta.
Ante ello, La República se contactó con Ernesto Cabral para que nos comentara más sobre el libro, elaborado a partir de la investigación fiscal, que incluye entrevistas a su círculo cercano y plantea una gran interrogante tras revelar el hallazgo de un muñeco vudú en su cartera.
—A partir de este hecho, en el que se encontró este muñeco vudú en la cartera de Dina Boluarte, y que, según su libro, repercutió en la salud de miembros de la Fiscalía y la Policía, ¿ha podido descubrir alguna otra práctica chamánica en la presidenta?
—Sí, con Boluarte hubo, por ejemplo, baños de florecimiento durante la campaña presidencial. Se le confeccionaron algunos amuletos, como estos jarritos en los que se colocan ciertos minerales y plantas para atraer la buena suerte. Son prácticas comunes en muchas familias del país, pero lo que esto revela es la predominancia de esas ideas.
Estas personas que practican esas costumbres forman parte de su entorno. Fujimori asistía a las huaringas, Vizcarra tenía a Hayimi, Boluarte comenzó con Teo Berrú como su mano derecha y, presuntamente, ahora cuenta con una guía espiritual de Apurímac. Esto es interesante porque revela que estos personajes van adquiriendo un rol político en su entorno.
—¿Recogió opiniones del entorno de Dina Boluarte? ¿Qué pensaban sobre estas costumbres? ¿Justificaban la manera en que se está ejerciendo el Poder Ejecutivo?
—Nosotros hemos entrevistado a personas cercanas al entorno de Dina Boluarte en relación con las creencias que tiene la presidenta. Varias de ellas nos han comentado que es bastante supersticiosa. Por ejemplo, se le ha visto en varias ocasiones con huairuros, como si fueran una cadeneta en su muñeca. También suele llevar amuletos y otros objetos similares. Esto es algo bastante común en el Perú, como tener en casa un “gatito de la suerte” u otros amuletos. No es algo fuera de lo normal en el país.
Sin embargo, Teo Berrú, quien fue líder espiritual de Dina Boluarte y la apoyó durante la campaña electoral (aunque ya no forma parte de su entorno), nos comentó que algunos de los muñecos que se le encontraron, según las descripciones de las personas presentes, parecían tener la intención de causar daño a otras personas.
Más allá de que esto sea cierto o no, no afirmamos en el libro que se trate de poderes sobrenaturales. Lo que sí se señala es que estas características revelan aspectos de la personalidad de la presidenta. En ese sentido, nos han dicho que es una persona muy desconfiada y que una de sus palabras favoritas es “venganza”. Siempre percibe que alguien está complotando o buscando vengarse de ella, lo que la lleva a mantener un círculo cercano bastante reducido. Por ello tiene tan pocas personas de confianza y no las deja ir, como es el caso de Santibáñez, el premier.
Esto nos ayuda a entender por qué Boluarte se comporta de la manera en que lo hace, por qué no logra comprender lazos políticos más amplios y por qué siempre se muestra confrontacional, tanto con la población como con los periodistas. Todo esto es reflejo de su personalidad.
—Después de haber estudiado a fondo el caso de los Rolex de Dina Boluarte, ¿cuál es el panorama que prevé para la presidenta? Por el momento, la investigación no puede continuar su curso debido al antejuicio que posee.
—Tengo la impresión de que la investigación ha llegado a un punto en el que el Congreso la ha capitalizado. Está en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales y debe pasar por un proceso que es, más o menos, largo y depende de la voluntad del Congreso para agilizarlo o no. Por lo tanto, esto se convierte en una herramienta de negociación política importante para el Congreso, según mi punto de vista.
En un gobierno en el que Dina Boluarte depende, básicamente, de las decisiones del Congreso, especialmente en cuanto a las leyes que este aprueba, tengo la impresión de que la investigación no avanzará por ahora, a menos que el Congreso considere políticamente útil hacerlo. A nivel fiscal, ya no es posible avanzar más.
—En tu conversatorio con Marco Sifuentes, escuché que ambos evaluaron de manera minuciosa qué debía incluirse en el libro. A partir de ello, me gustaría preguntarte: ¿qué cosas no se incluyeron en el libro sobre los presuntos actos de corrupción sobre la presidenta?
—Este es un libro inacabado, no es un libro cerrado y, por su propia naturaleza, la investigación no puede concluirse. Estuvimos esperando durante bastante tiempo la resolución del juez Carhuancho sobre el caso de prisión preventiva contra Nicanor, Mateo Castañeda y otros, pero esta nunca llegó. Esto refleja que es un libro que aún permanece inconcluso.
Hay aspectos que nos hubiera gustado incluir, como profundizar más en el rol o presunto rol de Dina Boluarte en el caso Los Waykis en la Sombra, que sigue siendo investigado tanto a nivel periodístico como fiscal. También nos hubiera gustado abordar cómo concluyó, es decir, cuál fue el desenlace del papel de “Culebra” o la situación de Harvey Colchado, quien ha estado en una dinámica constante de suspensión y reincorporación, lo que tampoco pudimos explorar a fondo. Quedaron pendientes varios temas en curso, como las investigaciones sobre otros regalos que no se mencionaron.
Henry Shimabukuro me mencionó esto y también lo rebotó otro dominical sobre los vestidos que presuntamente Wilfredo Oscorima le había regalado a Boluarte. Entonces, hay varias cositas que no hemos incluido porque las estamos guardando para más adelante. Hay varias cosas que todavía están en desarrollo. Es un libro que lo dejamos claro dentro del mismo: un libro inacabado, pero que era importante para dar orden a todo lo que ha salido desde el mes de marzo, cuando destapamos el caso Rolex.