Rusia ha presentado su nuevo misil hipersónico Oreshnik, un armamento que promete superar cualquier defensa antimisiles existente. Este misil, utilizado por primera vez en el conflicto de Ucrania, ha generado preocupación en la comunidad internacional por su capacidad de ataque y velocidad.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha afirmado que el Oreshnik puede alcanzar velocidades de hasta 10 veces la del sonido, lo que lo convierte en un desafío para los sistemas de defensa actuales. Con un alcance de entre 3.000 y 5.500 kilómetros, este misil representa una nueva era en la tecnología militar rusa.
La reciente utilización del Oreshnik en un ataque a la ciudad de Dnipró ha puesto de manifiesto su efectividad y ha llevado a Putin a ordenar su producción en serie. Este artículo explora las características del Oreshnik y las implicaciones de su uso en el contexto geopolítico actual.
Un misil intercontinental de Rusia utilizado en 2022. Foto: imagen referencial/Russian Defense Ministry Press Service.
Características del Oreshnik
El Oreshnik, cuyo nombre significa “avellano” en ruso, es un misil balístico de mediano alcance que puede llevar una carga útil hipersónica no nuclear. Según Putin, este armamento tiene la capacidad de golpear objetivos a velocidades de Mach 10, lo que equivale a aproximadamente 2,5 a 3 kilómetros por segundo. Con una longitud de aproximadamente 12 metros y un diámetro de 1,8 metros, se posiciona como un misil formidable en el arsenal ruso.
Putin ha ordenado la producción en serie del Oreshnik, asegurando que la industria militar rusa está lista para suministrar este armamento al ejército en un plazo breve. La inteligencia militar de Ucrania ha señalado que este podría ser una versión del misil Kedr, desarrollado por Rusia desde 2018, lo que sugiere que el Oreshnik podría no ser tan novedoso como se ha presentado.
Impacto en el conflicto ucraniano
El uso del Oreshnik en Ucrania marca un hito en la guerra, ya que es la primera vez que se emplea un misil de esta clase en un conflicto armado. La madrugada del 21 de noviembre, un misil impactó en Dnipró, lo que llevó a Kiev a inicialmente pensar que se trataba de un ataque con un misil balístico intercontinental. Sin embargo, Putin confirmó que se trataba del Oreshnik, lo que subraya la escalada de la violencia en la región.
La comunidad internacional ha reaccionado con alarma ante la introducción del Oreshnik en el conflicto. Expertos en defensa han señalado que este misil representa un desafío no solo para Ucrania, sino también para Europa Occidental, cuyas capitales están al alcance del Oreshnik. La posibilidad de que Rusia utilice este armamento como herramienta de presión sobre los países europeos ha generado un debate sobre la necesidad de reforzar las defensas antiaéreas en la región.
Un misil ATACMS estadounidense, que permite atacar objetivos a 300 kilómetros de distancia y ha sido usado por las fuerzas ucranianas. Foto: U.S. Army/Avalon/Photoshot/picture alliance.
El contexto del Tratado INF
El uso del Oreshnik también revive las tensiones en torno al Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), que fue firmado en 1987 y que buscaba eliminar misiles nucleares y convencionales de corto y medio alcance. La ruptura de este tratado en 2019 por parte de Estados Unidos y Rusia ha permitido el desarrollo de armamento como el Oreshnik, lo que podría llevar a una nueva carrera armamentista.