Un angustiado Joe Biden depositó flores y rezó el domingo en el memorial improvisado en Uvalde para honrar a los 19 niños y dos maestras asesinados en una escuela primaria de esta localidad de Texas por un joven armado.
Acompañado de su esposa Jill, el presidente estadounidense se dirigió primero al santuario levantado frente a la escuela.
Vestidos de riguroso luto y tomados de la mano caminaron lentamente por el corredor formado por flores, peluches, cruces blancas y fotos dejados en honor de los 21 muertos.
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Biden (79 años), quien sufrió la pérdida de su hijo Beau por cáncer y a su primera esposa y pequeña hija en un accidente, asistió luego a una misa católica en la iglesia del Sagrado Corazón. La primera dama se acercó para tocar las manos de varios fieles.
“Nuestros corazones están rotos”, dijo el arzobispo Gustavo García-Siller en su servicio.
“¡Hagan algo!, ¡hagan algo!”, gritaron desde la multitud en la calle cuando Biden salió de la iglesia del Sagrado Corazón, donde asistió a misa con familiares de luto.
“Lo haremos, lo haremos”, respondió Biden, antes de dirigirse a reuniones privadas con familiares de los muertos, sobrevivientes y equipos de socorro.
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La visita a Uvalde se produce menos de dos semanas después de un viaje similar a Buffalo, en el estado de Nueva York, donde un tiroteo de corte racista dejó 10 integrantes de la comunidad negra muertos a manos de un tirador blanco.
Por su parte, el Departamento de Justicia anunció una investigación sobre la criticada respuesta policial al incidente, tras un pedido del alcalde de Uvalde, Don McLaughlin.
Reconocer un “grave error”
La Policía admitió haber tomado una “decisión errónea” al demorar su ingreso al centro educativo tras ser alertada del tiroteo.
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Los uniformados tardaron cerca de una hora en poner fin a la masacre, a pesar de varias llamadas de niños que pedían una intervención. Los 19 agentes que se encontraban en el lugar esperaban la llegada de una unidad especializada.
El atacante, Salvador Ramos (18), dotado de un rifle, fue ultimado.
Ramos ingresó a un aula, cerró la puerta y se dirigió a los niños: “Vais a morir todos”, antes de abrir fuego, relató un sobreviviente, Samuel Salinas, de 10 años, al canal ABC.
Los sobrevivientes del ataque dijeron haber realizado llamadas susurradas al 911 suplicando por ayuda.