Sin duda el 2021 ha sido un año de recuperación económica debido al rápido avance de la vacunación a nivel global; sin embargo, las expectativas al 2022 vienen siendo opacadas por la inflación y la continuidad del conflicto entre Rusia y Ucrania. A pesar de esto, se proyecta que al segundo trimestre del año el panorama para la renta fija será más estable, según Alfredo Béjar, Managing Director de Sales & Trading de Credicorp Capital.
La renta fija es lo que se conoce como una categoría de inversión que puede verse afectada por factores como la inflación y la tasa interés, entre otros. A inicios de año, la renta fija corporativa en Latinoamérica presentó un retroceso.
Sin embargo, aunque la incertidumbre sigue siendo alta, hay factores que favorecen a la renta fija latinoamericana, como la buena percepción de inversionistas de Europa y Asia como mercado refugio, los precios más altos de las materias primas como el cobre y el avance del aumento de tasas de los bancos centrales.
Para el Perú aún se espera un crecimiento de 2,5% para 2022, con una inflación de 5,5% y para el 2023 de 3%.
Como se recuerda, debido a los altos niveles de inflación registrados, el Banco Central de Reserva (BCRP) acordó elevar la tasa de interés de referencia a 5% como parte de su política monetaria. Se espera que exista un nuevo incremento de la tasa, sujeta a la evaluación que haga su directorio con respecto a la inflación con el objetivo de retornar al rango meta.
En este sentido, la proyección es que la inflación comience un descenso gradual en el segundo trimestre de 2022 y que el BCRP eleve su tasa de referencia por encima del 6%.
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Por otro lado, el retiro de la AFP es un componente que influye en la curva soberana y, por ende, en el costo financiero de toda la economía, señala Béjar. También se afirma que la subida de tasas del tesoro americano ha influido en gran manera al actual estado de los bonos peruanos.
En los últimos meses, la incertidumbre política y la preocupación por una posible recesión económica global ha llevado a preferencia por liquidez y no por bonos.
A nivel de la región, la alta inflación, el retiro de estímulos monetarios, el menor crecimiento y la guerra han nublado el panorama económico. Por otro lado, el precio de los commodities permanecen elevados y los riesgos aún son altos ante la posibilidad de un escalamiento adicional del conflicto en Europa.
Debido a estos factores, se han empezado a materializar la reducción en las proyecciones de crecimiento, a pesar de que mejoran los intercambios comerciales, las monedas y las tasas de interés han sido presionadas de manera importante por los riesgo externos y la incertidumbre política.